En el ámbito de la música se existe un fuerte, pero no tan evidente caso de obsolescencia programada. No es esa clase de obsolescencia que lleva a que una lamparita dure decenas de años menos, sino la clase de obsolescencia que produce “productos” musicales de manera industrial. Irónicamente, en muchos casos suelen durar menos que una lamparita.
Para aclarar este argumento,hay que concentrarse en algunos ejemplos de este tipo de obsolescencia musical durante la historia. En su momento la banda “The Backstreet Boys” era vista como un icono de la música pop y la venta de sus discos creció exponencialmente con cada álbum nuevo. Sin embargo hoy nos encontramos con que ya nada se habla de esta banda y difícilmente escuchemos alguna de sus canciones en la radio. Este es el caso de muchos otros artistas, o como se podría llamar en este contexto, productos. Artistas que temporalmente son el éxito del momento, que son impuestos por la misma industria musical con un gran enfoque en la imagen comercial y cuyas canciones se crean con el objetivo de conseguir un exito en ventas. Como en el caso de la obsolescencia programada en lamparitas, estos artistas van a dejar de ser la moda y una vez que sus ventas decaigan se los cambiara por otro. Un sistema en el cual lo que antes era puramente artistico ahora se vuelve comercial.
En conclusión, hay que aclarar que aunque sea parte de una problemática de obsolescencia, esto no significa que la comercializacion de la música vaya a tener efectos directos sobre el medio ambiente. Sin embargo los tiene sobre el medio social, el cual se vuelve cada vez más vulnerable a la música sin sentido, que aunque no parezca, manda un mensaje totalmente equivocado de lo que en verdad es la música.
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